En verdad no esperaba que el post de hoy hiciera referencia al evento británico que tiene acaparadas las redes sociales. Pero ahora sí que al pueblo lo que pida.
En Primero Noticias, Paola Rojas hacía un resumen de los "mejores momentos" de la boda real, mismos que nos repetirán y repetirán hasta el cansancio en la televisión durante un par de días.
Como buena morbosa me quedé a mirarlo un rato, privando a mi niña de ver la casa de Mickey Mouse, que tampoco le causaría ningún daño.
Pasaron un fragmento de la ceremonia religiosa. Cuando ambos aceptan amarse y respetarse en la salud y la enfermedad, la riqueza y la... riqueza... por el resto de sus días.
Yo miraba a Kate, perdón, a la Princesa Katherine verdaderamente emocionada y conmovida en su boda. Pero, al mismo tiempo, veía su esfuerzo por mantener "las formas" y contener esa emoción. Por un instante pensé que sería por aquel estereotipo de ingleses "fríos". Pero me dio por pensar que tal vez era una mujer que guardaba el protocolo durante uno de los días que más había esperado en su vida.
De ahí me seguí preguntando una serie de cosas como: ¿qué tanto de la boda prepararía ella?, ¿qué aspectos de su boda pudo elegir?, ¿haría ella su lista de invitados?, ¿correría de un lado al otro con preparativos?, ¿discutiría con William por el presupuesto? (jajaja right!), ¿arrastraría al novio a poner mesa de regalos en Liverpool (la tienda, no la ciudad)?, etcétera, etcétera, etcétera...
Probablemente tuvo que intervenir muy poco, pues hay cosas que tienen que ser como "tienen que ser". Gente por todo el mundo comenta que si la boda real, que la plebeya que se vuelve princesa, que es como un cuento de hadas... pero dándole vueltas yo pienso que no cambiaría por nada (ni por un título de nobleza) la experiencia de organizar MI boda como YO LA QUIERO.
No cambio por nada la elección de cada detalle de nuestro festejo. El poder llorar a moco tendido durante el vals de novios. Servir la comida que a nosotros nos gusta. Dejar que corra la bebida (con moderación, claro) y el ver a la gente feliz compartiendo con nosotros ese muy buen día. Bailar y bailar sin cuidarnos de vernos exagerados o ridículos.
En fin, vamos a lo importante. Lo que sí fue elección de la princesa fue su vestido. Y es lo que realmente queríamos ver las mujeres. Bonito, elegante. Una novia muy sencilla pero fina. Aplauso pues para Katherine por su elección.
En Facebook y Twitter solo he encontrado comentarios de aprobación al look de la señorita. Qué bueno. Síganle, sigámosle la pista en cuestiones de moda. Siempre he pensado que echarle un ojo a las "nobles" es buena cosa, ya que, por su posición, deben verse siempre elegantes. ¿Recuerdan el vestido de novia de Doña Letizia?
Personalmente pienso que como éstas dos mujeres debemos vernos todas. Y no solamente el día de nuestra boda. Diaro: Finas, sencillas, elegantes.
Más no puedo comentar, pues, acá entre nos, yo pensaba que la boda era mañana y ni la vi. Pero ni falta que hace, hoy por todas partes podemos encontrar información, imágenes, video, comentarios...
Y así me despido, pues antes de enseñarle a mis niñas a vestir bien debo cambiarles el pañal. Que no se si sea muy fino, pero caro... ¡ufff!
jajajaja que buena boda la tuya dany! pusiste en alto mi expectativas de como debe ser una!
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