sábado, 30 de julio de 2011

En Puebla el cielo llora por las noches...

Jamás pensé extrañar los calorones potosinos. Pero así es. Quiero mi verano soleado y asqueroso, ese que no deja dormir y que pone a Mariana de malas.

La verdad creo que si lo ando prefiriendo por encima de las 'tormentas aisladas' de tooodos los días. No hemos podido disfrutar el jardín... Buuu.

Quiero poderles poner a mis niñas un par de vestiditos veraniegos que les compramos Tete y yo... Si, extraño a San Luis.

Una semana hace desde que dejamos la vida allá. Ocho días y contando. La verdad, ni tan mal.

Fuera de que los abuelos de mis hijas se quedaron lejos, lo demás promete.

Ya habrá tiempo de contar los rollos de transición. Ahora escribo desde mi teléfono. Siii, por motivos de mudanza le bajé a mi señor mi Black Berry (muaja ja ja). Y, pese a que es muy práctica y ya la quiero, no me resulta lo más cómodo para bloggear.

Pero, como no tengo internet, les debo unas buenas historias de la vida que inicia en Puebla.

Por ahora suficiente con que sepan que mis hijas son felices y que con eso me alcanza para estar bien.

Como quien dice: todo en orden. Saludos!

martes, 19 de julio de 2011

Pues que ya casi soy de allá...

17 años. Justos. El pasado 7 de julio llegué a complir 17 años viviendo en San Luis Potosí. Ese primer cambio desde la Ciudad de México fue difícil, bastante. En plena adolescencia, dejar casa, escuela, amigos, no era poca cosa.

Ahora las complicaciones son distintas. Años de historia. Lugares, gente. El cambio pesa. Increíble pero ahora soy yo quien mueve a su familia por una buena oportunidad.

Como todo en nuestras vidas desde que nos conocemos y estamos juntos Jesús y yo, el asunto se ha dado de volada. Hace un mes no sabía que cambiaría de ciudad. Hoy estoy organizando una mudanza.

Hay que mover una casa entera, dos adultos, dos niñas, una perra y un pez beta. Al menos que alguien quiera el pez, o la perra. Incluso a alguna de las niñas... a Chuy ni cómo dejarlo porque es justo él a quien necesitan en Puebla. Pero si alguien hace una propuesta estoy abierta a la posibilidad: ¡Oferten!

Si no escribí nada en el Blog antes no fue por bloqueo mental o no tener qué decir. No, no, todo lo contrario. Pero mis pensamientos distaban mucho de ser positivos. Y, honestamente, ¿quién quiere leer textos mal vibrosos?

Ok, sí. Sí queremos. Disfrutamos con el sufrimiento ajeno. Pero yo me puse como regla no deprimir, enojar, ni agredir a nadie por aquí. Aunque a veces los deseos rebasen a la razón. En esos casos es mejor mantener cualquier medio con acceso a internet alejado.

El asunto de dejar la mitad (exacta) de la vida detrás no es una cosa sencilla. Buscar casa ¡uff! Viajar con niñas para buscar casa ¡bueeeno! Quedarse a dormir un par de noches en Hotel con las princesas es todo un reto.

¡Ah, la convivencia familiar durante viajes! Pienso ahora en el sexo masculino. ¡Dios! Ya se ve que Marte y Venus no tienen nada en común, salvo que son planetas. ¡Qué cosa!

Mientras una se preocupa por cualquier cantidad de detalles insignificantes durante la experiencia de viaje, ya saben, comida de niñas, pañales, horas de sueño, juego, etcétera, ellos se apuran por el eterno "¿qué vamos a comer?". Y, créanme, un gerber o un biberón no les resuelve el asunto. Y mucho menos cuando la bolsa de "tostitos" distrae tripas sale rancia.

¡Ahh, qué gozo! Esa mirada del hombre salivando de antojo por sus frituras esas a las que le trae ganas desde que sabe que saldrá a carretera seguida, de inmediato, por una cara de enfado y decepción al descubrir que están viejas y aguadas (mmm eso me suena familiar). Mientras yo, deliciosamente, abro mo bolsita de Chip's verdes... ¡oh, sí!

Dejar atrás las aventuras y llegar a intentar dormir en el hotel es casi como un sueño guajiro. En realidad mis niñas no se tardan tanto en conseguir pegar la pestaña, pero el transcurso puede ser pesado. No es su cama, no es su cuarto. No hay pared que las separe de sus papás. Consecuencia: La televisión se apaga a las 9 y ni modín adultos, a jugar entonces con el celular... los que tienen, claro, porque iusacell se ha encargado de privarme de su servicio.

¿Más anécdotas hoteleras? Sí, cómo no. Mujeres: ¡Jamás accedan a bañarse después de su rey encantado! Yo me lo he prometido un par de veces y lo olvido. Tal vez estoy a tiempo de salvarlas a ustedes, amables lectoras. Ahora que si eres hombre y lees ésto, ¡pon atención!

¿Qué rayos hacen en la regadera? ¿De dónde sacan la capacidad de mojarlo todo? ¿Por qué hay charco de agua hasta en la esquina del fondo del baño donde ni la que hace la limpieza alcanza con el trapeador? El tapete grita ¡exprímeme! Como si se hubieran tallado la espalda con él mientras se bañaban.

No lo digo por mi esposo, ¡nooo!, recuerden que también tengo hermanos, y viví con ellos por unos 30 años. Creo que eso me da cierta autoridad en el tema.

Yo por lo pronto, cuando oiga las palabras de terror: "deja me baño", contestaré con un contundente y alargado: "nooo, yo primero". El mugrero que gusten dejar después, con confianza... ya no es mi asunto. En Hotel, en casa es otro boleto. Mua ja ja jaaa... Es asunto de Rosario, ¡ja!

¡Ah, nada como visitar Puebla con prisa en un día lluvioso con niñas! (léase con sarcasmo) ... Y ahí va uno de vuelta en unos cuantos días, a una casa empacada, sin room service y donde la cama no está tendida cuando vuelves de la calle... Me llevaré chocolatitos de menta para poner en la almohada y hacer la finta. Si , así a Chuy le tocarán las mentadas, digo, las mentas...

Dos viajes a Puebla después, tenemos casa. Ahora la mudanza y ¡vámonos! Listos para la tierra del mole, los volcanes y el camote... ¡¿pues qué le hacemos?!

A partir de éste momento comienza la crónica del adiós a San Luis Potosí...

martes, 12 de julio de 2011

No soy de aquí, ni soy de allá...

Algunos saben que mi familia coquetea con la idea de cambiar de Ciudad. Más que coqueteo, digamos que ya estamos comprometidos y solo nos falta caminar hacia el altar a dar el "sí" definitivo. Por cierto, hoy hace 3 años que Chuy y yo lo hiciéramos en la Catedral de San Luis Potosí. Pero esa es otra historia.

Hay quien me pregunta si al irme continuaré con mi Blog. Me resulta curiosa la pregunta, pues lo único que necesito es conexión a internet y aventuras, que nunca faltan y seguramente se incrementarán.

Por ejemplo, el fin de semana fuimos a buscar casa. Todo un tema. Pero más allá que encontrar el lugar perfecto para aterrizar, está la odisea de hacer un viaje de poquito más de 5 horas con mis dos niñas. Esa sí es una señora aventura.

No es la primera vez. Ya habíamos viajado 8 horas a Manzanillo. Pero el ser humano es necio, ya dice el dicho: '...el único animal que tropi
eza dos veces con la misma piedra'.

Para quienes tienen niños ni falta hace una explicación, ya se pueden hacer un buen panorama de la situación.

Quienes no los tienen, piensen en un trayecto de 5 horas que incluye bibis, desayunos, comidas, agua, papitas (¿por qué no?), espaldas cansadas, hartazgo, canciones infantiles, llantos, risas, mocos, desesperación... en fin, ni para qué se los antojo ¿verdad? Y lo anterior solo refiriéndome a las niñas.

Luego ya en el lugar de destino: Puebla, una friega. Un maratón de 12 horas. De un lugar a otro. Niñas cansadas. Y papás poquito también.

Primera noche de 'terror'. No durmió nadie. Mis pobres crías extrañaban su cama, sus cobijas (aunque les llevo algunas, no es lo mismo), su casa. Y el día siguiente era todo un reto. Aún así todos sobrevivimos, por muy poco ¡eh!, yo sí ya tenía ganas de cambiar de oficio.

Ya empezado el día nos vamos enterando de que el plan dominguero incluía, además del desayuno, recorrido y Misa en el centro, comida en una casa con alberca donde habría niños nadando.

¿Ana Luisa llevaba traje de baño? Por supuesto que no. ¿Llevabas pañales para nadar? Desde luego que tampoco. ¿Nos vamos a la comida y nos turnamos para contenerla cuando quiera zambullirse en el agua? No creo que sea opción.

Córrle a WalMart a comprar un traje de baño, toalla y un cambio de ropa de calor, pues mamá empacó para clima con 'tormentas aisladas'. Léase jeans, botas, sueter...

Eso se hace relativamente rápido, si es que encuentras todo en el lugar. Ah, pero los mentados pañales para nadar están descontinuados 'de momento' en dicho almacén.

Vamos a la Mega Comercial Mexicana, tampoco. Todo ésto acompañados de una mujer (Alejandra) y su hija que nos llevarían a la casa en donde era el show. Les agradezco su paciencia, pero ya empezaba a desesperarme un poco. Me apuraba que ni niña no pudiera divertirse.

Alejandra, sugirió pararnos en una farmacia ya como último recurso, por no dejar, literal, y sí, los encontré, último paquete... ¡fiuf!
Mi niña fue feliz en la alberca. No sabe nadar aún, pero estuvo en los escalones flotando. Se sentía toda una sirena.

Quienes la conocen bien, saben que es bastante aventada. Chuy y yo aún no sabemos si es valentía o inconciencia. Bichito agarró un flotador 'tipo tallarín' (como dice en google. Para evitar caras de duda agrego la foto). Se lo puso alrededor de la cintura como los otros niños y se dio a la tarea de irse a flotar.


Yo estaba tantito infartada, poco a poco se fue yendo hacia adentro de la alberca, y pataleaba intentando volver. La dejé, pero sabía que eso no terminaría bien. Hasta que llegó el punto en el que mamá se tuvo que echar al agua para sacar al pedacito.

Resultado: Mi look de presentación social en Puebla terminó por ser una blusa beige (que ya llevaba puesta), un pantalón de pants a la rodilla en fuscia y unos crocs azul marino con naranja. Lo cual pasa a segundo plano considerando que la niña salió de la alberca, comió, jugó y luego se volvió a meter.

Tras la revisión de 7 casas, una carne asada, una niña casi ahogada, una parada en Querétaro para visitar a los compadres y horas de llanto en escala 'Mariana', estamos de regreso en San Luis... ¿por cuánto tiempo? Todavía no les sabría decir.

lunes, 4 de julio de 2011

A politiquear...


Lo pensé muchísimo (bueno, lo suficiente...) antes de meter asuntos de política en mi Blog. Al final decidí hacerlo, pues es parte de lo que soy y mucho de lo que pienso.

El día de ayer hubo elecciones en el Estado de México. En la medida de mis posibilidades, seguí el proceso, ya saben, si no era interrumpido por Mickey Mouse, la película de Campanita o cualquier cosa que ofrezcan Discovery Kids y Disney Junior.

Yo quiero pensar que para nadie fue una sorpresa que ganara Eruviel. Si alguien cayó en shock con la noticia seguramente no está muy enterado de cómo se encuentra el país.

Confieso que me enfada, sí, me pone de malas ver la actitud PRIísta en las Redes Sociales; específicamente Twitter. Desde ayer no dejan de cantar su victoria, de forma burlona e incluso agresiva. Me recordaron un poco a los seguidores del América... por eso es que no nos caen bien, ni unos, ni otros, y eso que tengo muchos amigos priístas a los que estimo y seguiré estimando sin importar su preferencia política.

Ahora que la victora en el EdoMex se la llevó el abstencionismo. El 60% del padrón de dicha entidad decidió no ejercer su derecho al voto, cosa que también me parece inaudita estando las cosas como están.

Manifestaciones en Oriente, en España, en Grecia... la gente exigiendo cambios significativos a sus gobiernos... ¿Y México? No, pos, viendo la Copa de Oro, la Copa América, Pequeños Gigantes... ahí, dejando que las cosas pasen, pos total... la cosa no va a cambiar. ¡Pues no, así no! segurito.

¡Ah!, pero nadie pierde la oportunidad de descalificar a Felipe Caledrón y su guerra contra el narco. Nadie deja pasar un "ya basta, esto no puede seguir así"... Y la mayoría de los mexicanos le creen al PRI que ellos son la solución. (Yo no eh, ni de lejos)

Que el PRI se ponga vanidoso, soberbio, insoportable no me cae de novedad. Que el PRD asuma el rol de víctima y recurra a la teoría del "compló" y a descalificar elecciones, tampoco.

Pero que el PAN ponga cara de "¿pero cómo, el PRI va a la delantera?", ahí sí que me da por un "no maaa...". No sé exactamente cuándo pensaban que era buen momento para cambiar su estrategia propagandística. El Gobierno Federal no les anda favoreciendo... es verdad. En fechas recientes se ha puesto más complicado, también es verdad...

Pero... ¿el 2009 no fue un llamdo de atención? ¿no? ¿nada? ¿ni un poquito? ¿Que de 5 de 6 Estados eligieran al PRI para que los gobernara no les daba una pista de cómo pintaría el panorama para el 2012? ¿Alguito, aunque sea poquito? ¿no?

Bueno, pues ya van tarde. ¿Alguien duda que Peña Nieto muy probablemente habite los Pinos en breve? Yo guardo la esperanza de un milagro... pero, insisto, es tarde.

Hace unos meses leí algo que publicó León Krauze en Milenio (y luego por qué el celo de mi marido), donde se declara abiertamente como un hombre de izquierda y, por razones que pienso están de más incluir ahora, se considera huérfano político en México... y tiene razón.

A mi no me da ningún reparo aceptar que mi tendencia es de derecha, y también reconocer que el PAN ya no se anda ajustando a mi ideario político, de modo que también sufo de la orfandad de la que habla Krauze.

Me parece increíble que no aprendamos de nuestra historia. Devolverle el poder al partido que nos ha hecho tanto daño (aunque el azul también tenga cola que le pisen).

Tampoco estoy segura de que la permanencia del PAN en el Ejecutivo sea la mejor opción. Pero sí tengo claro que mi país necesita un CAMBIO. Gente que trabaje por el pueblo, no por ganar una competencia. Disculpen, pero yo jamás me he creído el cuento de que existe un "nuevo" PRI.

Ayer lo dije en un tweet, parece que dormí y desperté en los 80's. Sí, muchos están considerando el regreso encubierto de Salinas al darle entrada al GelBoy.

¡Una pena! ¡Una verdaera pena!

viernes, 1 de julio de 2011

Del "yo" al "nosotros"...

A propósito del post de ayer y los celos twitteros de Chuy, me vino a la mente el asunto del sentido del humor... y otras cosas de casados.

Seguramente cuando somos novios reimos mucho. Y lloramos, y nos peleamos, y nos reconciliamos y hasta nos la mentamos, nos perdonamos y nos seguimos queriendo...

Al pasar del noviazgo al matrimonio la vida cambia. Sí, eso ya lo habías escuchado y hasta resulta un tanto obvio. Es impresionante lo diferente que se vuelve la relación por el "simple" hecho de vivir juntos.

Es, sin duda, toda una aventura. Acoplarse a un nuevo espacio y compartirlo no es para nada igual a compartir con los hermanos, no no... ésto es otra cosa.

Ese proceso de adaptación genera risas, dramas, ganas de arrancar cabezas, esperanza de que las cosas cambien, ilusión, miedo, desesperación... hasta llegar a la resignación... ¡ja! 

Alguna vez, siendo novios, Chuy me dijo: "y pensar que las cosas de mi que ahora consideras 'adorables' se volverán pequeños detalles que te saquen de quicio una vez que nos casemos"... yo la verdad no entendí su comentario en aquél entonces.

Bueno, pues hay días y días; veces y veces; cosas y cosas...

Alguna vez leí, me dijeron, escuché... que algo que mantiene a las parejas juntas (entre muchas otras cosas) es el hecho de reirse juntas.

Estoy de acuerdo. Hay que reirse. De las cosas que dan risa y de las que no... eso tal vez es más mi modo personal de lidiar con la frustración. Pero me resulta... a veces.

Debo decir que disfruto los momentos de risa con mi esposo. Es sabroso echarse una buena carcajada. Yo disfruto de hacer chistines... y además tenemos dos hijas que son bien simplotas.

También debo reconocer que gran parte de nuestras risas y carcajadas son cortesía de nuestras niñas. ¡Ah, cómo tienen ocurrencias! y eso que apenas empiezan con sus gracias.

¿Se dieron cuenta de que solo me tomó unos cuantos párrafos para dejar el tema de matrimonio para desviarme a las hijas? ... Pues sí, eso es justo lo que pasa.

Leyendo el librito aquel que ya les comenté de las 1001 cosas que las parejas felices saben sobre el matrimonio, me encontré con un punto que decía algo parecido a: lo único que harán los hijos por la vida romántica de la pareja será sabotearla.

Mentiría si dijera que no tienen un poco de razón. Pero la intención de dicho punto no es desanimar a la pareja o invitarla a no tener hijos. No. Se trata de asimilar y hacernos saber que habrá momentos difíciles para la relación de los dos pero que todo eventualmente pasa, y hay que tener en mente que lo primero y más importante es el esposo(a). Al final de cuentas los hijos se irán (voluntariamente o los corremos).

Ahora, eso de que primero va la pareja, en la teoría se dice fácil, lllevarlo a la práctica requiere astucia, sobre todo cuando hay personitas que no pueden valerse por sí mismas y suelen comerse el tiempo de mamá.

Otra cosa que uno escucha de parejas con mayor experiencia: No dejar de ser novios. ¡Hombre! si de chavillos nos las ingeniábamos para estar solos, para darnos una escapada del trabajo, de la casa, de las ocupaciones, de lo que fuera con tal de un ratito juntos... que no nos la ingeniemos para hacerlo ahora... ¡échemosle creatividad!

Algunos tendremos que hacer pirueta y maroma y media para lograr un tiempo a solas, pero vale la pena la inversión.

¿Cómo lo sé? ahh pues me lo dicen los casi 35 años de casados de mis papás... Cuando sea grande yo quiero ser como ellos... :D

PD: ¡Feliz cumpleaños Teté!