Después de los días Santos aquí seguimos. ¡Felices Pascuas! Que entre mucha luz a nuestras vidas. (Y hasta ahí los comentarios mochilones, si alguien quiere ahondar en el tema búsqueme en msn, correo, facebook o twitter)
Terminó la Semana Santa y para muchos la vacación. Ni modo, así es ésto. Las cosas buenas suelen durar poco... Excepto por mi matrimonio y la chamba de ser mamá, esas sí van a durar un buen rato, sobre todo porque ambas son relaciones que terminarán cuando una de las partes deje de existir. En el caso del matrimonio hasta que Chuy despierte y sea conciente de que vive con una mujer tetrapolar (los engaño, porque ya lo sabe bien y aún así sigue conmigo, cosa que se agradece).
Precisamente mi marido se preguntaba el sábado, y me lo hacía saber, si me dedicaría a escribir de lunes a viernes únicamente y me daría descanso el fin de semana.
La verdad es que no. Es mi intención escribir aunque sea algo cortito todos los días. Pero ya me dirán ustedes si no es verdad... los últimos días como que eran de relax (disculpe señor editor por incluir una palabra en inglés). Además terminé por considerar algunos criterios para hacer pausa:
1. Poca actividad en las redes sociales
2. Fin de semana a gusto coviviendo solos con las hijas
3. Internet chafo (aunque debo reconocer que hoy hace un rato Telmex hizo un
gran esfuerzo por remover el ceño fruncido que me ha provocado en las
últimas semanas)
4. Y por último "ego". Todo mundo anda en la vacación, hay poca actividad
en las redes sociales, ergo, nadie está leyendo, ni para qué desgastarse.
Pero ya estoy de vuelta, para darme gusto. Digo, darles gusto, a ustedes, amables lectores.
Remitiéndome al punto 3, ésto de internet es sumamente útil, no creo que alguien opine lo contrario. Facilita muchas cosa, atrofia algunas otras, pero en general es una buena herramiente. Aunque si no la dosificamos corremos (yo sí) el riesgo de caer en la adicción.
El no tener internet funcionando como debe durante unos días ocasionó más momentos de alegrías con mis niñas. Periodos de atención más largos (y no hablo solamente del de las niñas), más juego, más risas, más actividad física, más cansancio y ¡oh sí! sueño más temprano (lo que se traduce en: mamá y papá pueden ver una película). Ahh qué tiempos aquellos cuando mamá y papá podían tener lo que, recientemente mi amiga Pau llamaba en su twitter "sábado de película". Pero, ese es otro tema.
No sé si a ti te ocurra. A mi sí, frecuentemente. La lap consume mi tiempo, porque la dejo, claro está. Es un foquito rojo que se prende continuamente en mi hardware personal. Y me doro la píldora ¡eh! Me doy cuenta perfecto de que podría cerrarla y atender a otras ocupaciones. Pero es más sabroso estar al pendiente del face y de lo que se dice en twitter. Ahora con el blog tengo otra excusa.
Viéndolo desde afuera (o desde alguna de mis múltimples personalidades) pensaría que "es bromaaa", como diría mi amiga Fer Marín, que las alegrías de la jornada incluyan tonterías como que los chicos (iiingas) de Hi5 me respondan un tweet (ja!), o Leon Krauze (ya somos bien amiguis), o... Russell Crowe (igual ese sí amerita emoción, ja! !vamos! estamos hablando de Maximus Decimus Meridius AKA Gladiador, para quien no entienda mi comentario super nerd).
Muy probablemente Ana Luisa y Mariana crezcan pensando que es normal o algo "equis" que la gente del espectáculo te responda, personalmente, a ti. ¡Ah sí!, porque Russell, mi amigo australiano (¡quisieras!), me agradeció a mi: "Thanks Dany". Bueno, es que le eché flores a una de sus películas (The next three days).
El punto es que a mi sí me parece que ésto del twitter está locochón. Es, como alguna vez comentó mi marido, como si le marcaras por teléfono a tu artista favorito y te contestara: "¿Bueno?". Díganme ñoña, pero seguro que les brillarían los ojitos. (¿O no Fer Marín? ¡Piensa en Benny Ibarra! O ¿qué tal Pérez Reverte mi rey?)
Ya los distraje con el asunto de twitter ¿verdad? Aquí lo importante es que a veces podemos dejar de pelar lo importante por lo ¿emocionante, divertido, interesante...? que encontramos en la red. Hace unas semanas un amigo comentaba en nuestra casa que twitter causa ansiedad, pues genera una necesidad enfermiza de saber qué se dice, quién lo dice y a qué hora lo dice. Puede ser que tenga razón.
Es más, ahorita mismo, aquí estamos. Yo contándote algo y tú leyéndome. ¡Ponte a chambear! :D
Aunque, por otro lado, cinco minutitos ¿qué tanto daño pueden causar? Le caen bien al cerebro para continuar en modo "funcional"... ¡Sí, llamémoslo así! Lo que hacemos aquí es gimnasia cerebral.
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