martes, 17 de mayo de 2011

¿Leli... qué?

¿Has estado en la situación de no entender cuando te dicen algo? Sea porque no se escucha, por mala dicción, porque no prestabas atención... por lo que quieras, pero que no te hayas enterado de qué hablaba tu interlocutor...

¡Ni lo niegues! Seguramente sí, y más de una vez. ¿A poco no te da mil pena pedir como en la escuela: "me repite la pregunta por favor"? A menos que hagas como yo (a veces) y te hagas medio menso y pongas cara de "ahhh sí, claro, eso mismo..." Y el otro ya repite por su cuenta lo que comentó en un inicio "¿en serio estás de acuerdo con que... bla bla bla?" Y entonces sí, uno ya se encarga de arreglarla... "Bueno... sí, osea, depende" (mientras piensas: ¡diantres!)

Quien haya estado en contacto con niños sabe que se puede encontrar frente a dicha situación con bastante frecuencia cuando comienzan a hablar. En varias ocasiones necesitan una función de "subtítulos", pues hacen un esfuerzo grande, pero por más que uno trate, no se entiende ni m... nada de lo que están diciendo.

Si no has vivido la experiencia puedes ponerte en contacto con mi marido @chuysantos en Twitter y seguro te dirá lo cierto que es.

Más allá de no saber qué pretende comunicar el infante, está la cuestión de su carita de frustración. En su cabeza está clarísimo lo que está diciendo, y no comprende cómo es que tú, inúuutil, no te enteras.

Aquí sí no da ninguna pena preguntar y repreguntar. Es un ciclo vicioso. Dice algo. Tú preguntas ¿qué dijiste? Te lo repite. ¿Mande? Otra vez. ¿Qué quieres? Lo mismo. Enséñame. Eso. ¡No te entiendo! ... Y viene el drama...

¿Cómo le hacemos si desde la primera vez sigue pronunciando lo mismo y de la misma forma? Quien tiene que hacer el esfuerzo eres tú... adulto sabelotodo.

¿Quieres un ejemplo? Ahí te va.

Mamá recoge a Bicho del Kinder. Salimos cargadas de "n" cantidad de trabajos del mes, además de la lonchera y Mariana...

Subiendo al coche pide sus trabajos, entre los que hay un león hecho con bote de frutsi y otros lindos y vistosos materiales de esos que se ocupan en las manualidades kinderiles... Le damos el león y se entretiene... ¿cuánto te gusta... 1 minuto?...

Mamá ya se disponía a meterse al coche para arrancar cuando se escucha la sutil vocecita de la niña pidiendo (cito textualmente):

- "Leli bot"...
- ¿eeehhh? (inserta aquí una imagen con cara de "what?")
- "Leli booooot"... ya con tonito.
- Bicho, no te entiendo, ¿qué quieres?
- "Leli boooooooooooooot mamáaaaaaa"
- ¿Qué es leli bot?
- "Leli bot"
- Mmm ¬¬

Me bajo del coche le empiezo a enseñar cosas a ver si daba con lo que me pedía... y sí, lo encontramos. Un bicho hecho con papel periódico y fomi (ya chequé y así se escribe, al menos la marca de las láminas con las que trabaja todo mundo sus manualidades).

¿Sigues sin entender qué rayos es leli bot? Pero si está clarísimo ¿no? ¿El insecto de fomi no te dio la pista? Bueno... Déjame explicarte que mi niña tiene clase de inglés en su kinder, y lo que demandaba era su "ladybug". Sí, una piiiiiiiiiiinta catarina.

Como ves, eso de hacerle al traductor ya no solo aplica al español... también hay que adivinar cuando la criaturita pide cosas en inglés.

¡Ahh pero querías a la niña en escuela bilingüe! Ahora hay que estar al tiro y saber que cuando dice "tekiu" te está dando las gracias. ¡Eh, ¿qué tal?! Modales en dos idiomas... en realidad 3, porque también lleva francés (¡Iiingas! a diversificar la adivinanza...)

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