Después del post de las Princesas, por el que fui calificada de 'cursi' públicamente en Twitter, me quedé dando vueltas a varias cosas
Lo siento Fer y Pau, no he acabado con el tema. Tengo más fiebre princesoide en mi cerebro, y pienso que es mejor vomitarla de una vez. Las guácaras suelen terminar con mis dolores de cabeza, así que ahí voy.
El asunto de ésta ocasión es de mayor complejidad. Es por la repetida cuestión de que 3 niñas de menos de 18 años se enamoran en 15 minutos del príncipe azul, gallardo, hermoso y gentil (¡qué asco! disculpen, primera emanación de vómito a la vista).
No hay que ser muy listo, creo, para deducir de primera instancia cuál es el problema. Ninguna tiene papá. Sí, nuestras heroínas de voz celestial sufren de daddy issues.
Soy conciente de que Aurora sí tiene padre. Pero vivió sin él durante 16 años en una cabaña en el bosque criada por 3 mujeres que le prohibían hablar con quié
en fuera. Con razón se lampareó cuando vio al Felipe. Así hasta yo. (hmmm...)
Supongo que por la época del estreno de las películas (1937, 1950 y 1959) sería común que las muchachitas jóvenes no tuvieran papá. Pérdidas post guerra. Y me resulta de impacto que una película animada refleje, tal vez sin intención, lo que ocurre cuando hay ausencia de papá en casa.
No sé si mis lectoras estén al tanto de que la educación afectiva de las mujeres depende directísimamente de su relación afectiva con el papá en los primeros años. De eso depende todo el esquema mental que la mujer se forme con respecto al hombre.
Ahí anda una metidísima en sus vidas, enseñándoles ésto, diciéndoles lo otro, echándoles rollos pre adolescentes, y resulta que la chamba fuerte se hace antes y la hace él. ¡Quióvole!
No digo que la labor de la madre no se importante. Pero si papá no la quiere, la abraza, la besa, le dice lo linda, buena, inteligente que es, caerá redondita con el primer caballero que se lo diga (patán o no). Y, vamos, algunas ya sabemos que unos cuantos machos son capaces de proferir cualquier melosidad que haga falta para conseguir lo que quieren. Menores de edad, castas, puras y virginales tápense los ojos: sexo.
Una mujer que no ha tenido cariño paternal durante la infancia lo buscará a como dé lugar y con quien sea. Aunque lo niegue.
La próxima vez que alguien entreviste a una sexoservidora pregúntele de mi parte cómo fue y es la relación con su papá. Desconozco el dato, pero me gustaría conocerlo, nomás pa corroborar teorías.
Tampoco digo que todas las mujeres que carecen de figura paterna terminen tiradas a la perdición, no. Algunas suplen esa carencia con otra figura masculina.
Hay de dónde estudiar el tema. Si alguien gusta no dude en pedir las referencias.
Podría alargarme demasiado. Pero por ahora mi punto es, amigas, que tengan muy en cuenta éstos detalles y los hagan saber a sus futuros o actuales príncipes, para que cuando tengan princesitas rondando por la casa reciban mucho cariño de papá y no se vayan en 10 minutos con el primer Felipatán que se atraviese en su camino.
jueves, 24 de noviembre de 2011
lunes, 14 de noviembre de 2011
Lo mejorcito de Puebla...
Tengo una amiga.
Lo sé, no suena emocionante. Habrá quien tiene 2, 5, 8 o hasta 20. Yo no. Tengo pocas. Poquísimas.
El viernes, Mariana, mi ahijada que vive en Nicaragua, me preguntó por BB Messenger cómo me iba en Puebla. Le dije que bien, a secas. Se sorprendió. Me dijo: 'pero ¿cómo?, siendo tú tan amiguera'.
No, le dije. Una cosa es tener gente para todo y otra ser amiguera. Soy selectiva con mis amistades, ni para qué negarlo. Conozco a mucha gente a la que admiro, respeto y le tengo cariño, pero hablar de amistad, es otro boleto.
Yo no estoy segura de cuánto tiempo tenga que pasar o qué experiencias se deban compartir para poder llamar a alguien amig@. No creo que haya un estándar o fórmula. Creo que las amistades simplemente se dan. Unas rápido, otras requieren tiempo.
No sé si les ha pasado que de pronto haces conecte con alguien. Así nomás. Hay un 'click', química, combinación de signos solares, casa astral , aura o lo que gusten. Pero hay gente que de primera intención sabes que rondará por tu vida con frecuencia y probablemente de forma permanente.
A las amigas de secundaria y prepa que reencontré recientemente gracias a las redes sociales no tuve que frecuentarlas todos los días. Han pasado años desde que nos vimos por última vez y sé que ahí están, tal como ellas saben que aquí estoy. Y tengo absoluta certeza de que nos acompañamos y acompañaremos en las cosas significativas de la vida. Aunque estemos lejos. Porque somos amigas.
Es más, algunas de las mejores que tengo ya no vivían en San Luis antes de la mudanza a Puebla. Y hablo más con ellas que con mi marido (es que no tiene pin).
Me desvié. Retomo. ¿Quién es la amiga de la que hablaba al principio? Es nueva. Es poblana. Se dice fácil, pero ya voy viendo que se requiere de esfuerzos para ganar los corazones poblanos. Y ella abrió el suyo para mi desde el día 1.
Nos hemos visto muy poco. Pero hablamos todos los días. Nuestras hijas son compañeras en el Kinder. Ya saben, de esas Diosidencias...
Me hace sonreir y reir a carcajadas. Disfruto que comparta mi sentido del humor. Creo que ambas teñimos de acidez los momentos complicados de la vida y sabemos convertirlos en broma. Más por instinto de supervivencia que por talento de comediantes.
Es de mente ágil. Soy fan de sus Hashtags en Twitter. Me divierto con ella. Ama a su princesa como yo a las mías. Es generosa.
Ella me ha llamado en Twitter: su mejor descubrimiento del 2011. Creo que debería devolverle la flor.
Hay más. Estaría grueso hablar de amistad cuando todo son risas. No ha sido así. No. Ha confiado en mi. Conozco lo que probablemente para ella sea, hasta ahora, el episodio más triste de su vida. No lo voy a hacer público, porque es suyo. Pero que les baste saber que su corazón sufrió un golpe muy duro hace poquísimos meses.
Sì, la conozco poco, pero la admiro, porque es fuerte. Hasta ahora me ha dado la impresión de no dejar de sonreir, trabjar, vivir... Entera. No como quien vive en negación y esconde el dolor. No. Como quien le hace frente. Valiente.
El mismo viernes, mientras yo 'veía' partidos de fut del Sauces, nos pinéabamos. Me dijo bromeando: 'yo quiero ser como tú', por motivos que ni para qué mencionar. Lo que no sabe es que sacaría mayor provecho yo intentando parecerme más a ella en reciedumbre.
Tal vez no sea del todo ortodoxa la expresión, pero me la aviento porque seguro que con lo dicho en éste post cualquiera reconoce la intención: ésta vieja es chida. Y es mi amiga.
Tiene un par de meses en mi Facebook y ya se ha convertido en una de mis favoritas.
Sí. Sin duda le devuelvo el cumplido. Connie, bienvenida a mi Top 10.
Lo sé, no suena emocionante. Habrá quien tiene 2, 5, 8 o hasta 20. Yo no. Tengo pocas. Poquísimas.
El viernes, Mariana, mi ahijada que vive en Nicaragua, me preguntó por BB Messenger cómo me iba en Puebla. Le dije que bien, a secas. Se sorprendió. Me dijo: 'pero ¿cómo?, siendo tú tan amiguera'.
No, le dije. Una cosa es tener gente para todo y otra ser amiguera. Soy selectiva con mis amistades, ni para qué negarlo. Conozco a mucha gente a la que admiro, respeto y le tengo cariño, pero hablar de amistad, es otro boleto.
Yo no estoy segura de cuánto tiempo tenga que pasar o qué experiencias se deban compartir para poder llamar a alguien amig@. No creo que haya un estándar o fórmula. Creo que las amistades simplemente se dan. Unas rápido, otras requieren tiempo.
No sé si les ha pasado que de pronto haces conecte con alguien. Así nomás. Hay un 'click', química, combinación de signos solares, casa astral , aura o lo que gusten. Pero hay gente que de primera intención sabes que rondará por tu vida con frecuencia y probablemente de forma permanente.
A las amigas de secundaria y prepa que reencontré recientemente gracias a las redes sociales no tuve que frecuentarlas todos los días. Han pasado años desde que nos vimos por última vez y sé que ahí están, tal como ellas saben que aquí estoy. Y tengo absoluta certeza de que nos acompañamos y acompañaremos en las cosas significativas de la vida. Aunque estemos lejos. Porque somos amigas.
Es más, algunas de las mejores que tengo ya no vivían en San Luis antes de la mudanza a Puebla. Y hablo más con ellas que con mi marido (es que no tiene pin).
Me desvié. Retomo. ¿Quién es la amiga de la que hablaba al principio? Es nueva. Es poblana. Se dice fácil, pero ya voy viendo que se requiere de esfuerzos para ganar los corazones poblanos. Y ella abrió el suyo para mi desde el día 1.
Nos hemos visto muy poco. Pero hablamos todos los días. Nuestras hijas son compañeras en el Kinder. Ya saben, de esas Diosidencias...
Me hace sonreir y reir a carcajadas. Disfruto que comparta mi sentido del humor. Creo que ambas teñimos de acidez los momentos complicados de la vida y sabemos convertirlos en broma. Más por instinto de supervivencia que por talento de comediantes.
Es de mente ágil. Soy fan de sus Hashtags en Twitter. Me divierto con ella. Ama a su princesa como yo a las mías. Es generosa.
Ella me ha llamado en Twitter: su mejor descubrimiento del 2011. Creo que debería devolverle la flor.
Hay más. Estaría grueso hablar de amistad cuando todo son risas. No ha sido así. No. Ha confiado en mi. Conozco lo que probablemente para ella sea, hasta ahora, el episodio más triste de su vida. No lo voy a hacer público, porque es suyo. Pero que les baste saber que su corazón sufrió un golpe muy duro hace poquísimos meses.
Sì, la conozco poco, pero la admiro, porque es fuerte. Hasta ahora me ha dado la impresión de no dejar de sonreir, trabjar, vivir... Entera. No como quien vive en negación y esconde el dolor. No. Como quien le hace frente. Valiente.
El mismo viernes, mientras yo 'veía' partidos de fut del Sauces, nos pinéabamos. Me dijo bromeando: 'yo quiero ser como tú', por motivos que ni para qué mencionar. Lo que no sabe es que sacaría mayor provecho yo intentando parecerme más a ella en reciedumbre.
Tal vez no sea del todo ortodoxa la expresión, pero me la aviento porque seguro que con lo dicho en éste post cualquiera reconoce la intención: ésta vieja es chida. Y es mi amiga.
Tiene un par de meses en mi Facebook y ya se ha convertido en una de mis favoritas.
Sí. Sin duda le devuelvo el cumplido. Connie, bienvenida a mi Top 10.
viernes, 11 de noviembre de 2011
La vida en rosa...
¿Hay algo más cursi que las princesas de Disney?
Tal vez... un moño de tul morado con lentejuelas, un pastel de merengue de Sanborns, los ositos cariños, algunos status de facebook, mis queridas ex alumnas Ana Sof y Sofi Rojas, qué se yo, probablemente sí hay cosas más cursis, pero por ahora me quedo con la imagen de las delicadas y exquisitas princesas.
Cuando Ana Luisa era bebé me enorgullecía que no le atrajeran en lo más mínimo las mencionadas señoritas. Ella estaba clavada con Mickey Mouse y las Mascotas Maravilla.
Una amiga, Paty, me decía: 'Espéeeerate'... así con tonito alargado y burlón que pone en evidencia tu completa ingenuidad.
Al día de hoy, con 2 años y 8 meses mi Bichito es super mega fan de 3 de ellas. ¡Ah sí! Sólo 3. Las otras no le atraen para nada. Y optó por las clásicas: Aurora, Cenicienta y Blancanieves, en ese orden.
Jesús me acusa de haberla introducido en ese mundo. Sí, es verdad. Le puse la Bella Durmiente cuando la descubrió en sus huaraches rosas de corazón, que no se quitaba más que para dormir.
Le pregunté si quería ver la película, dijo que sí. Se la puse y ¡Dios bendito!, desde ese día la he visto más veces que en mi infancia, creo, habrá que ver qué dice Teté.
La fiebre princesoide está gruesa. Así duerme:
Come en platos de princesa, baila todo el día y canta igual de cursi que ellas. Se jura Aurora y ya amenazó con querer fiesta de princesas rosas para sus 3 años.
Es tierno. En verdad. Siempre que no crezca con la idea de que el amor es así de sencillo como lo mira en la pantalla.
Pensemos un poco. Cenicienta asiste a un baile. Según el reloj de la torre del Palacio, la cita era a las 8:00pm. En lo que las hermanastras le desgarran el vestido, ella llora en el jardín y el hada madrina hace su magia pasarían ¿un par de horas? Veámonos benevolentes, una hora. Es decir, la damita llega al fiestón a las 9:00, 9:30... elegantemente tarde.
Está poco más de 2 horas bailando y paseando por el jardín con un caballero que acaba de conocer. Sale corriendo, pierde un zapato. Al día siguiente la encuentran gracias al zapato en cuestión y de inmediato se va y se casa con el Príncipe...
Aurora igual. Baila con Felipe en el bosque y para el atardecer ya está dispuesta a irse a vivir con él. Pero tiene excusa, era princesa y su matrimonio estaba arreglado desde su nacimiento. ¡Pobre! Si casándose queriendo de pronto llegan los second thoughts (diiicen, a mi no me consta...).
Y Blancanieves, se deja besar por un desconocido con el que dichosa en sus brazos irá a un castillo hechizado de amor (no miento, así lo canta ella).
'¡Vaya historias más ridículas, ¿no?!' Así me dijo Jesús. ¿Qué le pones a ver a tu hija? Por favor que no aprenda que al amor es así.
Eso depende de nosotros. El amor no es ni rápido, ni fácil... mmm.
Tengo que hacer una pusa obligada porque, de acuerdo, si algunos están pensando que mi historia con Jesús fue más rápida que cualquiera éstas podrían estar en lo correcto. Peeero, a nuestro favor, nosotros pasamos por conversaciones intensas antes de tomar LA decisión. Y, a nadie le consta de qué conversaron y si conversaron las parejtas de Disney en el breve tiempo
que compartieron al conocerse.
¿Hablarían de dinero? ¿De si Cenicienta seguiría trabajando? Porque no sea que luego siente que no se 'realiza' por no tener tarea profesional. Y como ya la rodeará una fila incontable de sirvientes pues pue que le caiga la depre por no tener qué hacer.
¿Planearían los hijos que quieren tener? Porque al papá de Felipe ya le anda por los nietos ¡eh! ¿Qué religión tendrían? ¿Cómo se educaría a la familia? Si les gustan los perros o los gatos. Si se bañan o no los domingos. Si el príncipe le entra a las garnachas... En fin, ya saben, esas cosas 'triviales' que platican los enamorados cuando se plantean un futuro permanente juntos.
Depende de nosotros, sus papás dejarlas crecer con la ilusión de las princesas pero tambén ponerles los pies en la tierra y enseñarles que el amor es donación. Un darse sin condición y que es una decisión que tiene más que ver con el corazón, sí, pero también con la cabeza. Decido amar.
Eso sí, un consejo que le daré a mis hijas: Pregunten los gustos cinematográficos del príncipe encantado, no sea que resulte de esos que disfrutan películas de ataques alienígenas en ciudades europeas, ¿verdad Jesús?
Tal vez... un moño de tul morado con lentejuelas, un pastel de merengue de Sanborns, los ositos cariños, algunos status de facebook, mis queridas ex alumnas Ana Sof y Sofi Rojas, qué se yo, probablemente sí hay cosas más cursis, pero por ahora me quedo con la imagen de las delicadas y exquisitas princesas.
Cuando Ana Luisa era bebé me enorgullecía que no le atrajeran en lo más mínimo las mencionadas señoritas. Ella estaba clavada con Mickey Mouse y las Mascotas Maravilla.
Una amiga, Paty, me decía: 'Espéeeerate'... así con tonito alargado y burlón que pone en evidencia tu completa ingenuidad.
Al día de hoy, con 2 años y 8 meses mi Bichito es super mega fan de 3 de ellas. ¡Ah sí! Sólo 3. Las otras no le atraen para nada. Y optó por las clásicas: Aurora, Cenicienta y Blancanieves, en ese orden.
Jesús me acusa de haberla introducido en ese mundo. Sí, es verdad. Le puse la Bella Durmiente cuando la descubrió en sus huaraches rosas de corazón, que no se quitaba más que para dormir.
Le pregunté si quería ver la película, dijo que sí. Se la puse y ¡Dios bendito!, desde ese día la he visto más veces que en mi infancia, creo, habrá que ver qué dice Teté.
La fiebre princesoide está gruesa. Así duerme:
Come en platos de princesa, baila todo el día y canta igual de cursi que ellas. Se jura Aurora y ya amenazó con querer fiesta de princesas rosas para sus 3 años.
Es tierno. En verdad. Siempre que no crezca con la idea de que el amor es así de sencillo como lo mira en la pantalla.
Pensemos un poco. Cenicienta asiste a un baile. Según el reloj de la torre del Palacio, la cita era a las 8:00pm. En lo que las hermanastras le desgarran el vestido, ella llora en el jardín y el hada madrina hace su magia pasarían ¿un par de horas? Veámonos benevolentes, una hora. Es decir, la damita llega al fiestón a las 9:00, 9:30... elegantemente tarde.
Está poco más de 2 horas bailando y paseando por el jardín con un caballero que acaba de conocer. Sale corriendo, pierde un zapato. Al día siguiente la encuentran gracias al zapato en cuestión y de inmediato se va y se casa con el Príncipe...
Aurora igual. Baila con Felipe en el bosque y para el atardecer ya está dispuesta a irse a vivir con él. Pero tiene excusa, era princesa y su matrimonio estaba arreglado desde su nacimiento. ¡Pobre! Si casándose queriendo de pronto llegan los second thoughts (diiicen, a mi no me consta...).
Y Blancanieves, se deja besar por un desconocido con el que dichosa en sus brazos irá a un castillo hechizado de amor (no miento, así lo canta ella).
'¡Vaya historias más ridículas, ¿no?!' Así me dijo Jesús. ¿Qué le pones a ver a tu hija? Por favor que no aprenda que al amor es así.
Eso depende de nosotros. El amor no es ni rápido, ni fácil... mmm.
Tengo que hacer una pusa obligada porque, de acuerdo, si algunos están pensando que mi historia con Jesús fue más rápida que cualquiera éstas podrían estar en lo correcto. Peeero, a nuestro favor, nosotros pasamos por conversaciones intensas antes de tomar LA decisión. Y, a nadie le consta de qué conversaron y si conversaron las parejtas de Disney en el breve tiempo
que compartieron al conocerse.
¿Hablarían de dinero? ¿De si Cenicienta seguiría trabajando? Porque no sea que luego siente que no se 'realiza' por no tener tarea profesional. Y como ya la rodeará una fila incontable de sirvientes pues pue que le caiga la depre por no tener qué hacer.
¿Planearían los hijos que quieren tener? Porque al papá de Felipe ya le anda por los nietos ¡eh! ¿Qué religión tendrían? ¿Cómo se educaría a la familia? Si les gustan los perros o los gatos. Si se bañan o no los domingos. Si el príncipe le entra a las garnachas... En fin, ya saben, esas cosas 'triviales' que platican los enamorados cuando se plantean un futuro permanente juntos.
Depende de nosotros, sus papás dejarlas crecer con la ilusión de las princesas pero tambén ponerles los pies en la tierra y enseñarles que el amor es donación. Un darse sin condición y que es una decisión que tiene más que ver con el corazón, sí, pero también con la cabeza. Decido amar.
Eso sí, un consejo que le daré a mis hijas: Pregunten los gustos cinematográficos del príncipe encantado, no sea que resulte de esos que disfrutan películas de ataques alienígenas en ciudades europeas, ¿verdad Jesús?
miércoles, 9 de noviembre de 2011
De contagios y lecciones...
Anoche fui al cine.
Confieso que no pensaba que una frase de ese tipo pudiera aparecer pronto en mi Blog, pero sí. Gracias a que Santa Adelina se quedó con las niñas y el marido y yo decidimos ignorar el cansancio, nos lanzamos a ver Contagio.
Se vibraba buen humor, y al llegar a Cinépolis hasta un chistín le hice a Chuy: 'Así que... ¿así es como luce una sala de cine?'. (Ya las había olvidado)
Lo maravilloso de la situación es que salimos porque ya estamos hasta el meritito queque de estrés, agotamiento, falta de sueño, etcétera. Queríamos una película que nos relajara.
¡Error! Con la mencionada cinta conseguimos todo menos el anhelado relax.
Terminamos pasando estrés de hora y media. Aún así, estrés a gusto, porque la película es buena, así, a secas. No es el hitazo del otoño, pero está bien. Buenos actores. Jude Law, ladies... eso ya compensa el pago por la entrada. Y mi favorita Kate Winslet.
Incluso Marion Cotillard para los caballeros y hasta Gwyneth Paltrow para quienes disfrutan a las rubias desabridas sin chiste, como Chuy.
Lo que sí pudimos ver es que hay gente en mayor desgracia que uno, aunque sea 'ficción'.
En los últimos días el status de mi Blackberry Messenger dista de poder ser calificado como optimista... Y las imágenes han hablado por sí mismas. (A su derecha un ejemplo)
Hay veces y veces. Hay días y días, y semanas y meses y vidas enteras.
Si ya lo dijo XTROLOGY en Twitter, con todos sus conocimientos de 3 pesos sobre los astros:
One part of a #Gemini wants to give up while the other keeps going.
Y debo decir que iba ganando la parte que quiere mandar todo a Chiluca (si no saben dónde queda pregúntenme y se los aclaro).
Si lo anterior no fuera motivo suficiente para una profunda reflexión, mi amiga Yola me remató con un pin justo antes de entrar a la sala de cine.
Me dice algo así como: 'Vi un libro y pensé en ti'.
El libro: ¿Se puede aprender a sufrir? de José Pedro Manglano.
El proceso mental que siguió a su amable contribución fue expresado por Bárbara Aranda, ex alumna del Lomas que ahora vive en Puebla, en un tweet: @BarbBingAranda Odio hablar con mi mejor amiga, porque luego luego me recuerda lo cobarde y mediocre que soy.
Yola es una excelente amiga de varios años. Lejos de ofenderme, sentirme mal, querer lanzarle un improperio, le dije que la respuesta automática es: Sí, y me urge.
A lo que amablemente respondió: 'al ser humano en general'.
Es verdad, tiene razón. Le agradezco porque sus breves palabras fueron un balazo directo a mis neuronas.
No sabemos enfrentar el dolor y el sufrimiento. Y no me refiero a las cosas grandes, a las tragedias que en verdad causan duelo. No, a las cosas cotidianas, las pequeñas luchas de todos los días. Las contrariedades, los obstáculos, los malos días... Se requiere de una gran fortaleza y todo un ejercicio de la voluntad para hacer frente a las... @#/%! (disculpen el francés), de todos los días.
Yo quiero aprender. En verdad. Y lo peor, sé cómo... Toda mi desesperación, frustración, depresión, comezón (ahh porque traigo un problemita dermatológico), y todas las terminaciones en ción, sión y zón, son el reflejo de mi falta de paz interior.
Es que es más fácil hacerse la vida difícil, dice mi papá. Y sí. Contradicción del ser humano que ansía locamente salir de una situación y hace justo lo que está en sus manos para mantenerse ahí e incluso ir más a fondo. Quieres pero no quieres. Sabes cómo pero no quieres.
Complejo, muy complejo, y al mismo tiempo tan sencillo.
Lo que sí es que una vez vista la luz ni cómo hacerse ... wey (disculpen)...
Durante muchos años se me ha dicho que mi problema es no saber decir 'no', (mío y de gran parte de la humanidad). Pues cosa curiosa, el reto ahora es aprender a decir 'sí'... ¿a qué? A todo. A lo que venga y como venga.
Confieso que no pensaba que una frase de ese tipo pudiera aparecer pronto en mi Blog, pero sí. Gracias a que Santa Adelina se quedó con las niñas y el marido y yo decidimos ignorar el cansancio, nos lanzamos a ver Contagio.
Se vibraba buen humor, y al llegar a Cinépolis hasta un chistín le hice a Chuy: 'Así que... ¿así es como luce una sala de cine?'. (Ya las había olvidado)
Lo maravilloso de la situación es que salimos porque ya estamos hasta el meritito queque de estrés, agotamiento, falta de sueño, etcétera. Queríamos una película que nos relajara.
¡Error! Con la mencionada cinta conseguimos todo menos el anhelado relax.
Terminamos pasando estrés de hora y media. Aún así, estrés a gusto, porque la película es buena, así, a secas. No es el hitazo del otoño, pero está bien. Buenos actores. Jude Law, ladies... eso ya compensa el pago por la entrada. Y mi favorita Kate Winslet.
Incluso Marion Cotillard para los caballeros y hasta Gwyneth Paltrow para quienes disfrutan a las rubias desabridas sin chiste, como Chuy.
Lo que sí pudimos ver es que hay gente en mayor desgracia que uno, aunque sea 'ficción'.
En los últimos días el status de mi Blackberry Messenger dista de poder ser calificado como optimista... Y las imágenes han hablado por sí mismas. (A su derecha un ejemplo)
Hay veces y veces. Hay días y días, y semanas y meses y vidas enteras.
Si ya lo dijo XTROLOGY en Twitter, con todos sus conocimientos de 3 pesos sobre los astros:
One part of a #Gemini wants to give up while the other keeps going.
Y debo decir que iba ganando la parte que quiere mandar todo a Chiluca (si no saben dónde queda pregúntenme y se los aclaro).
Si lo anterior no fuera motivo suficiente para una profunda reflexión, mi amiga Yola me remató con un pin justo antes de entrar a la sala de cine.
Me dice algo así como: 'Vi un libro y pensé en ti'.
El libro: ¿Se puede aprender a sufrir? de José Pedro Manglano.
El proceso mental que siguió a su amable contribución fue expresado por Bárbara Aranda, ex alumna del Lomas que ahora vive en Puebla, en un tweet: @BarbBingAranda Odio hablar con mi mejor amiga, porque luego luego me recuerda lo cobarde y mediocre que soy.
Yola es una excelente amiga de varios años. Lejos de ofenderme, sentirme mal, querer lanzarle un improperio, le dije que la respuesta automática es: Sí, y me urge.
A lo que amablemente respondió: 'al ser humano en general'.
Es verdad, tiene razón. Le agradezco porque sus breves palabras fueron un balazo directo a mis neuronas.
No sabemos enfrentar el dolor y el sufrimiento. Y no me refiero a las cosas grandes, a las tragedias que en verdad causan duelo. No, a las cosas cotidianas, las pequeñas luchas de todos los días. Las contrariedades, los obstáculos, los malos días... Se requiere de una gran fortaleza y todo un ejercicio de la voluntad para hacer frente a las... @#/%! (disculpen el francés), de todos los días.
Yo quiero aprender. En verdad. Y lo peor, sé cómo... Toda mi desesperación, frustración, depresión, comezón (ahh porque traigo un problemita dermatológico), y todas las terminaciones en ción, sión y zón, son el reflejo de mi falta de paz interior.
Es que es más fácil hacerse la vida difícil, dice mi papá. Y sí. Contradicción del ser humano que ansía locamente salir de una situación y hace justo lo que está en sus manos para mantenerse ahí e incluso ir más a fondo. Quieres pero no quieres. Sabes cómo pero no quieres.
Complejo, muy complejo, y al mismo tiempo tan sencillo.
Lo que sí es que una vez vista la luz ni cómo hacerse ... wey (disculpen)...
Durante muchos años se me ha dicho que mi problema es no saber decir 'no', (mío y de gran parte de la humanidad). Pues cosa curiosa, el reto ahora es aprender a decir 'sí'... ¿a qué? A todo. A lo que venga y como venga.
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Sonrisas de pasillo 2...
'¡Señora bonita!, buen día, pase usted, ¿gusta probar? permítame que le muestre'
Esa era la estrategia de ventas de Tom (no recuerdo su apellido) cuando trabajábamos en lo que antes conocíamos como Price Club, ahora Costco.
Teníamos entre 16 y 18 años. El cuate era un hit con las señoras. Recuerdo que algun@s dejábamos nuestro puesto por unos instantes para ir a verlo en acción. Era galán, sí, pero no un Adonis. Tenía verbo. Y a punta de halagos y sonrisas conseguía vender lo que fuera.
Y con lo que fuera me refiero en verdad a lo que fuera. Cada uno de los 'demos', como nos llamaban, teníamos un producto para ofrecer a los clientes durante el día. Invariablemente Tom aumentaba las ventas de lo que le tocara.
No los engaño. Vi salir del almacén a señoras con mugres que probablemente ni usarían, o con productos carísimos que únicamente servirían para complacer los caprichos de sus críos.
No sé qué habrá sido de su vida, ni dónde se encuentre ahora. Ayer lo recordé.
Pese a que había tenido una mala experiencia en Chedraui el domingo, y un par más acumuladas en San Luis, decidí hacerle caso a Chuy y darme la vuelta por la tienda para hacer el super.
Llevaba unos minutos ahí con la cabeza a mil por hora, ya saben, cerebro femenino que piensa cualquier cantidad de cosas útiles e inútiles y todas al mismo tiempo:
Que si a Mariana le están saliendo los dientes y le duelen las encías, ergo, está más chillona de lo habitual, que no es poca cosa. Que el jeep de Chuy se descompuso y andamos arreglándonos la vida con un solo coche. Que ya son muchos días sin escribir en el blog. Que me urge ir a San Luis y no puedo porque mis papás se están cambiando de casa. Que cuál será el color de esferas del árbol navideño éste año. Que necesito pintarme las terroríficas canas que se asoman por mi cabeza. Que hay que hacer de comer. Que Mariana necesita vacunas. Que hay que correr en el super para recoger a Bicho del kinder. Que las niñas necesitan ropa y zapatos. Que la casa es fría y el invierno se dejará sentir y bien. Que Mariana necesita corte de pelo porque trae una mata goleadora horrenda. Que León Krauze se va a vivir a Los Ángeles. Que la Casey de Hi5 anda vacacionando en Bali (¡maldita!)... etcétera...
Y ahí voy caminando con cara de prisa y de 'pensando todo lo anterior y más', con el ceño medio fruncido porque ya van muchas noches sin dormir bien, con un hambre de perro callejero (cosa que resulta muy mala porque se te antoja todo lo que ves), cuando me detengo en el área de salchichonería.
- ¡Buenos días guapa!
Cara de confusión. Más que nada porque conoces bien que la expresión de tu rostro y tu elección de atuendo del día no hacen que te destaques del resto de las mujeres.
- ¿Qué le ofrezco bonita? ¿Qué puedo hacer por usted? A sus órdenes. Estamos para servirle. ¿Más delgadito su jamón? por supuesto, usted manda señorita.
No bueno, el 'señorita' me ganó. Salí con algo más de lo que acostumbro pedir. Y de pronto me vi... ¡Soy una de las clientas de Tooom!
Momento, momento. Pausa. Piensa, piensa.
- En el super
- Comprando comida y artículos de limpieza
- Con prisa por la niña que llora en casa
- Doble prisa porque tienes una hija que recoger del kinder
- Con ceño fruncido por cuatro mil dos pendientes
- Respondes a los cumplidos con sonrisa tonta y adquisición de productos
¡Dios! ¡Soy una señora! (¿te cae que hasta ahorita te cayó el 20?)
Pero ¿en qué momento? Si yo tenía 16 años y estudiaba prepa en La Salle y trabajaba en Price Club...
...¡Ah! el tiempo... cruel, cruel tiempo...
Hoy tengo 34, no estudio, no trabajo. Vivo en Puebla y soy mamá 24/7.
Voy de compras y traigo pasta de hojaldre y cerezas para hacer pay. aprovecho las ofertas. Me detengo a revisar los artículos navideños para decorar mi casa y me vuelvo loca de emoción en el pasillo de artículos de cocina. Me fascina ver las novedades en platos y vasos de Kitty, princesas, Mickey Mouse y amigos...
Sí, soy señora. Sí, soy mamá. Al día de hoy me provocan más ilusión las novedades de Carter's que las de Victoria's Secret... y ¡me encanta!
Soy experta en caricaturas y películas infantiles. Sé cómo entretener por horas a dos niñas menores de 3. Recorto fomi, dibujo con colores y crayolas. Hago dibujos con plumones. Pinto con gises y hasta sé pintar arroz de colores para hacer obras de arte. Juego a las luchitas y hago feliz a Bicho con el juego del chocorol (si la duda les mata pregúntenme por él).
Soy mamá.
No encontré todo lo que buscaba en Chedraui, pero salí con una rayita más de autoestima (aunque Fer Marín considere que la tengo sobrada) y un monedero con $6 (sí, 6 pesos) para mi siguiente compra.
Soy una de las señoras de Tom.
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